Política

El Eternauta 2025

Renacer eterno de la humanidad

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Es de madrugada, apenas las 3. De pronto un crujido. Un crujido en la pantalla enfrente mío, la pantalla que siempre ocupan los algoritmos que vienen a hablar por mí. Es como para creer en fantasmas pero ese mensaje materializado no tiene nada de fantasmal. Tan extraña ha sido su aparición pero volví a mirarlo y no sé por qué, me sentí raramente reconfortado. La pantalla decía “¿Estás mirando El Eternauta? (...) Seguimos buscando a los nietos/nietas de Héctor Germán Oesterheld y Elsa Sánchez”.

por Manuel Magrone *
9 may 2025

Han pasado unos 68 años desde que El Eternauta vio la luz por vez primera, si es que las referencias temporales significan algo en la eternidad. 68 años en los que, en muchos sentidos, nuestra Patria se ha encontrado librando una batalla reiterada frente a la invasión del odio cósmico, como le ha sucedido al Juan Salvo gráfico. 68 años en los que muchos argentinos y argentinas nos hemos sentido alguna vez invadidos por la sensación de simulación que alcanza a denunciar el Juan Salvo audiovisual. 68 años, 28 acuerdos con el FMI, tres crisis de deuda, tres dictaduras, un genocidio, una guerra, una pandemia, el desmantelamiento de la matriz productiva de la Nación, la proscripción del principal liderazgo político popular, otra vez de nuevo.

Ahora bien, hace 68 años, el Eternauta terminó su exilio del Tiempo. Se reencontró con su familia, recuperó su vida porque encontró a un escritor lo suficientemente valiente no sólo para escuchar su historia sino también para reproducirla, hacerla circular, romper el aislamiento, como diría luego Rodolfo Walsh. Juan Salvo RENACIÓ por ese acto solidario de libertad de Oesterheld del mismo modo que 139 nietos y familias renacieron por el acto de libertad de Madres, Abuelas, HIJOS y una comunidad entera que luchó solidariamente por la Memoria, la Verdad y la Justicia. Renacieron como la esperanza del Pueblo en cada acto de libertad de la Resistencia Peronista que trajo a Juan Perón de vuelta. La esperanza renació como renació el sentido de Justicia más de mil veces con cada genocida condenado. Renació el sentido de Justicia así como en el mandato popular, la comprensión histórica y la decisión política de Néstor Kírchner renacieron la conciencia nacional, la procedencia popular, la convicción personal, la solidaridad y la gratitud al Pueblo de Evita. Estos valores espirituales renacieron como renació la potencia política de un gobierno nacional que nos liberó de la extorsión del FMI, del vasallaje de la deuda externa y volvió a sentar a todo el Pueblo a la mesa argentina.

Nuestra Patria se ha encontrado librando una batalla reiterada frente a la invasión del odio cósmico, como le ha sucedido al Juan Salvo gráfico.

Aquella potencia política renació con la fé de aquellos compañeros y compañeras que en el páramo neoliberal se reunían, convocados por el nombre de Oesterheld, se conocían y se reconocían en la “misa criolla” de periódicas noches peronistas. Resistían al olvido, al exilio del tiempo. Acaso esos encuentros, como el encuentro de Juan Salvo y el escritor, fueran ocasiones propicias para despertar recuerdos del futuro. En uno de esos encuentros, en el año 2000, Elsa Sánchez de Oesterheld, sobreviviente de una de las familias más cruelmente castigadas por la última dictadura, entregó un reconocimiento a Néstor y Cristina Kírchner. Al mismo tiempo, pero diez años después, la misma Cristina, pero presidenta, elige reconocer a todos los autores argentinos en la persona de Elsa, su compromiso con la vida y con la condición humana; la misma Elsa pero renacida en la esperanza de una nueva juventud, una nueva mujer y un nuevo hombre. El mismo nuevo hombre que 22 días más tarde se volvería Eterno.

  • Es el año 2000. Impera el sálvese-quien-pueda, cada uno tratando de salvarse sólo, nos hundimos todos. Algunos resisten. Elsa contempla con amorosa ternura el retrato de [Héctor] Germán y se lo entrega a Cristina quien lo interpreta como un reconocimiento a la coherencia entre la palabra y la acción, en tiempos de conversos y mutantes que reniegan de sus orígenes. 


  • Es el año 2010. Elsa abraza a Cristina quien señala que no hay apocalipsis cuando hay palabra. Quienes resistían han recordado y han traído de vuelta el sentido heróico de la vida, el héroe en grupo camina entre nosotros. Néstor se vuelve Nauta y se torna Eterno. Flamea en las banderas, llena las calles, se lee en las escuelas. Vienen todos, convocá.


  • Es el año 2024. Cristina publica un documento en que llama a volver a alinear pensamiento, palabra y acción para “formular propuesta y estrategia que permitan organizar una fuerza política que vuelva a representar mayoritariamente, para pasar de ser oposición a alternativa de gobierno”. Son el filtro, el visor y la tela de un nuevo traje aislante para volver a caminar a través de la nevada mortal que viene del cielo. 


  • Es el año 2025. En la pantalla vemos legisladores que reniegan de sus orígenes; en privado dicen una cosa pero a la hora de votar se revelan como hombres-robot que bailan al son de increíbles manos sobre teclados mediáticos y judiciales. Son manos encadenadas por los carpetazos y otras glándulas del terror, injertadas por el enemigo de siempre, el que no se conforma con destruir a cada uno sino que busca destruir nuestra humanidad.

Recordamos que nadie se salva solo. Seis capítulos alcanzan para recordar que tampoco sirve el sálvese-quien-pueda en banda. Nos salvamos encontrándonos, nos salvamos reconociéndonos, nos salvamos abrazando la humanidad del Otro que es nuestra propia humanidad. Nos salvamos cuando recordamos que no tenemos la glándula del terror, que ante el odio cósmico podemos levantar la solidaridad universal del espíritu. Nos salvamos cuando recordamos el coraje de hacer renacer la humanidad.

Nos salvamos encontrándonos, nos salvamos reconociéndonos, nos salvamos abrazando la humanidad del Otro que es nuestra propia humanidad.

Es de madrugada, apenas las 3. De pronto un crujido. Un crujido en la pantalla enfrente mío, la pantalla que siempre ocupan los algoritmos que vienen a hablar por mí. Es como para creer en fantasmas, pero ese mensaje materializado no tiene nada de fantasmal. Tan extraña ha sido su aparición pero volví a mirarlo y no sé por qué, me sentí raramente reconfortado. La pantalla decía “¿Estás mirando El Eternauta? (...) Seguimos buscando a los nietos/nietas de Héctor Germán Oesterheld y Elsa Sánchez


Seguimos buscando. Seguimos creyendo. Seguimos militando. Seguimos amando. Seguimos renaciendo. Venceremos.



* Docente y militante de La Cámpora.