La expedición que están llevando adelante las científicas y científicos del Grupo de Estudios del Mar Profundo de Argentina (GEMPA) es mucho más que una campaña oceanográfica y científica. Es tan alucinante como genuina y pone de manifiesto dimensiones esenciales para pensar el país que queremos construir.
Talud Continental IV
Mucho más que una campaña oceanográfica y científica

En medio del desmantelamiento del sistema científico por parte del gobierno de Javier Milei, el trabajo del GEMPA en el Mar Argentino expone el valor estratégico de la investigación nacional, la necesidad de fortalecerla y el legado de una política concebida por Cristina para unir ciencia, soberanía y justicia social.
El esfuerzo, la dedicación y la pasión que este grupo expresa en su trabajo reflejan lo que realiza todos los días la comunidad científica y tecnológica en cada rincón del país: esa tarea silenciosa y persistente que sostiene el conocimiento como pilar del desarrollo nacional.

En cada transmisión se siente el vínculo cálido generado por el equipo, expresado por una pasión divulgadora, un profundo compromiso con nuestra gente. Pantallas encendidas en hogares, escuelas y espacios públicos siguen con entusiasmo cada detalle de la campaña. Ese deseo de conocer, de formar parte de algo más grande. De la misma comunidad científica que hoy es atacada, desfinanciada y difamada por el gobierno de Javier Milei y sus impresentables funcionarios del área.
La campaña es protagonizada por becarias y becarios que, mientras producen conocimiento valiosísimo, ven cómo se les termina la beca. Son el reflejo de miles de jóvenes a quienes este gobierno deja sin oportunidades, expulsándolos del país o de la actividad científica. Investigadoras e investigadores con formación de excelencia, que trabajan con dedicación exclusiva y cuyos ingresos rozan la línea de la pobreza. Una comunidad que perdió más del 40% de su poder adquisitivo desde diciembre de 2023. El objetivo parece claro: promover la renuncia forzada o la expulsión sistemática del país.
Sin embargo, a pesar de todo, la campaña se transmite en vivo y entra a los hogares de argentinas y argentinos de todas las edades. Y lo que deja claro es algo fundamental: nuestro pueblo quiere, defiende y necesita la ciencia y el conocimiento. Ama sus bienes naturales y la biodiversidad de nuestro territorio. Reconoce el valor del conocimiento como factor clave para planificar un modelo de desarrollo sostenible, que cuide el ambiente y aproveche responsablemente los recursos.
La campaña es protagonizada por becarias y becarios que, mientras producen conocimiento valiosísimo, ven cómo se les termina la beca.
La presencia científica argentina en el Mar Argentino tiene más de un siglo de historia. Fuimos el primer país en establecer presencia permanente en la Antártida, y hoy contamos con la mayor cantidad de bases en ese continente. A lo largo del litoral marítimo se han creado centros de investigación claves: el CADIC en Ushuaia (1969), el CENPAT en Puerto Madryn (1970), el CIMAS en San Antonio Oeste, además de la fuerte presencia de instituciones en Mar del Plata y Bahía Blanca donde trabajan en conjunto el CONICET, universidades nacionales, el INIDEP y otros organismos. Allí, y también en institutos tierra adentro, cientos de investigadoras, investigadores y becarios impulsan día a día la ciencia argentina. Durante las últimas décadas, el Mar Argentino, el Atlántico Sur y la Antártida han sido protagonistas de hallazgos científicos de enorme valor para el país y para el mundo.
Fue Cristina Fernández de Kirchner quien, en 2014, creó y lanzó Pampa Azul, el primer proyecto estratégico integral sobre el Mar Argentino. Una política interministerial que articula investigación, desarrollo sostenible, conciencia social y soberanía. Una iniciativa visionaria que debe ser sostenida como política de Estado.
Hoy, el sistema científico y tecnológico argentino atraviesa una crisis sin precedentes. No solo por el brutal desfinanciamiento, sino también por el nivel de agresividad y violencia discursiva que el presidente Milei ha desplegado contra el CONICET y toda la comunidad científica. Desde el inicio de su gobierno, el sistema está paralizado: sin presupuesto, con salarios de miseria, sin ingreso para las nuevas generaciones y con programas clave —como Pampa Azul— completamente abandonados. La Argentina está desmantelando su capacidad de pensar el futuro.
Cristina en 2014 creó y lanzó Pampa Azul, el primer proyecto estratégico integral sobre el Mar Argentino.
Por eso, lo que está haciendo el GEMPA no es solo una campaña científica. Es una hoja de ruta para reconstruir un modelo de país. Un llamado urgente a financiar y fortalecer nuestro sistema científico y tecnológico, consolidar capacidades en torno a ejes estratégicos, acercar la ciencia a nuestro pueblo que tanto la valora. Desarrollar buques oceanográficos propios, sostener la presencia nacional en el mar y en la Antártida, y profundizar Pampa Azul como política soberana, federal y de largo plazo. Porque no hay Nación posible sin ciencia, sin conocimiento y sin mar.
Ojalá Cristina, en este injusto presente que le toca atravesar, sienta el reconocimiento profundo por lo hecho junto a Néstor: haber creído en la ciencia y en quienes la hacen. Haber financiado, impulsado y recuperado el sistema científico argentino. Y haber creado Pampa Azul como una política de soberanía, justicia social y futuro.
* Militante de La Cámpora e investigador del CONICET.