Política

Talud Continental IV

Lados A y B de la campaña científica en el Mar Argentino

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El streaming del ROV SuBastian puso a la ciencia nacional en el centro del debate público y del asombro colectivo. Pero junto al entusiasmo surge la alarma: la presencia de fundaciones extranjeras, la paralización de la Iniciativa Pampa Azul y el desfinanciamiento nacional plantean un dilema de soberanía; por eso es urgente recuperar el liderazgo estatal y fortalecer iniciativas como Pampa Azul Bonaerense, para que el conocimiento y sus beneficios queden al servicio del pueblo.

por Frente Ambiental de La Cámpora
9 ago 2025

El lado A de la Campaña Talud IV al Cañón Submarino Mar del Plata


Lo que está pasando hoy en el Mar Argentino, con el furor de la cuarta campaña al Cañón Submarino Mar del Plata, no tiene precedentes en nuestra historia. Es la primera vez que, en nuestro país, miles de personas de todo el territorio (y del mundo), siguen estupefactas las inmersiones del ROV SuBastian, perteneciente al Schmidt Ocean Institute (SOI; fundación norteamericana). Miles de chicos siguen el streaming en vivo a 3000 o 4000 m de profundidad desde sus casas, escuelas o con amigos, y hacen vivos con los investigadores argentinos a bordo, entre otras actividades conexas. Animales que parecen salidos de películas de ciencia ficción, decenas de especies nuevas no descriptas hasta hoy por la ciencia, mensajes como “aguante el CONICET y la ciencia argentina” que se leen constantemente en el chat del streaming de YouTube. Todo es un éxtasis de ciencia, conocimiento y descubrimiento.

En este sentido, es importante destacar que, para que esta campaña existiese, antes la Argentina debía contar con un complejo científico-tecnológico y un equipo de investigación inter-institucional de excelencia, como es el Grupo de Estudios del Mar Profundo de Argentina (GEMPA) a cargo de la campaña.

La actual misión fue precedida por las campañas científicas denominadas Talud Continental I, II y III realizadas entre 2012 y 2013 por investigadores del CONICET (muchos de los que hoy están en el mar a 300 km de la costa), donde abordaron el estudio de las comunidades de aguas profundas del Cañon Mar del Plata y su región adyacente, alcanzando profundidades de hasta 3500 metros. Estos estudios representaron un hito para la investigación marina argentina, aportando la primera información biológica detallada sobre esta región.

En estas campañas se reportó una excepcional diversidad de especies, muchas de ellas inéditas para la ciencia, tal y como está pasando ahora. Hasta el 2022, los resultados científicos generados por estas campañas se reflejaron en la producción de 62 publicaciones internacionales indexadas, 59 presentaciones en congresos y la formación significativa de recursos humanos: ocho tesis de licenciatura, once tesis doctorales (cuatro finalizadas), y numerosas pasantías estudiantiles. El material biológico recolectado ahora integra importantes colecciones nacionales, fortaleciendo la infraestructura científica argentina y dejando disponible un legado crucial para futuras investigaciones.

La realización de las campañas científicas Talud Continental I, II y III (2012-2013) financiadas por el Estado argentino y ejecutadas con recursos humanos, técnicos y materiales del CONICET, estableció una línea de base ecológica esencial para el estudio y la gestión del océano profundo argentino. Estos esfuerzos públicos no solo permitieron descubrir una significativa biodiversidad inédita para la ciencia, sino también fortalecieron capacidades nacionales mediante la formación académica, la producción científica y la consolidación de infraestructura propia, como colecciones biológicas nacionales y bases de datos locales. Todas estas fueron parte de las bases fundacionales de lo que a partir del 2014 fue la Iniciativa Pampa Azul.

Pero entonces, ¿cuál es la novedad ahora? La posibilidad de ver todo lo que vieron los investigadores entre 2012 y 2013 pero en vivo y con los animales en su medio natural, junto al planeta entero, a través de las imágenes colectadas por el ROV SuBastian y transmitidas en streaming en Full HD.

El lado B de la Campaña Talud IV al Cañón Submarino Mar del Plata


Para profundizar este tipo de misiones para conocer nuestro vasto territorio marítimo, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner creó en abril de 2014 la Iniciativa Pampa Azul, un programa interministerial estratégico que tenía la convicción de transformar al Mar Argentino en un vector de desarrollo para nuestro país de la mano de nuestro sistema de ciencia y tecnología nacional de excelencia. Como el resto de las políticas científicas, Pampa Azul sufrió recortes con el regreso a nuestro país de las políticas conservadoras de la mano de Mauricio Macri y el FMI, y volvió a tener un impulso significativo a partir del año 2020 con el nuevo Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.

Durante el período 2020-2023 se profundizó la política que había iniciado Cristina: fuerte inversión científica-tecnológica; construcción de nuevos laboratorios costeros y antárticos (los primeros en 70 años); realización de campañas oceanográficas como Agujero Azul o Islas Georgias; creación del Ecocentro Pampa Azul, espacio de comunicación y divulgación científica y ambiental; lanzamiento del programa Becas de Grado de Pampa Azul para 9 Universidades Nacionales del litoral atlántico y del programa Escuelas Azules (más de 80 en todo el país) para promover formación y conciencia marítima desde temprana edad; financiamiento para la creación de cuatro centros interinstitucionales dedicados a investigación marina con perspectiva federal (obras hoy paralizadas por el Gobierno Nacional); entre otras líneas estratégicas que están detalladas en el libro que retrata los 10 años de la Iniciativa Pampa Azul.

Desde la llegada de Javier Milei al gobierno, esta política de Estado (como tantas otras) fue paralizada, desfinanciada y abandonada, y con eso se generaron nuevamente las condiciones de posibilidad para el avance de intereses extranjeros en áreas estratégicas para nuestro desarrollo. Desde la perspectiva de la soberanía y el interés nacional, esta cooperación público-privada (donde antes sólo estaba el CONICET) refleja tanto oportunidades como desafíos.

Por un lado, el aporte de la fundación norteamericana SOI permitió continuar investigaciones en un contexto económico nacional complejo, ofreciendo infraestructura y tecnologías avanzadas inaccesibles localmente, además de reforzar la visibilidad internacional de la investigación argentina en aguas profundas. Por el otro, también implica un desplazamiento del liderazgo estatal hacia actores privados internacionales, quienes adquieren un rol protagónico en la determinación de prioridades científicas y ambientales, con el riesgo potencial de subordinar las agendas locales a intereses externos.

Si bien el SOI se caracteriza por políticas abiertas en relación al acceso y distribución de datos, desde la posición soberana que vela por el interés nacional preocupa cómo esta modalidad puede favorecer desproporcionadamente a instituciones científicas y tecnológicas del Norte Global, que poseen mayor capacidad para explotar esos recursos abiertos, por ejemplo, patentando secuencias genéticas útiles para distintas industrias.

Asimismo, surge la interrogante sobre si la ciencia generada desde plataformas privadas, como la del SOI, podría contribuir en última instancia a facilitar actividades extractivas futuras, al mejorar significativamente el conocimiento detallado sobre biodiversidad marina profunda. En definitiva, esta relación refleja cómo la participación privada filantrópica puede complementar pero también complejizar la gobernanza pública de nuestros bienes comunes oceánicos, obligando a una reflexión permanente sobre quién y cómo establece prioridades en la generación de conocimiento para que sus beneficios sean distribuidos equitativamente a nivel nacional y global.

Un modelo alternativo fue y es posible


La provincia de Buenos Aires, a través de su Ministerio de Ambiente, conducido por la compañera Daniela Vilar, acaba de crear el Programa Pampa Azul Bonaerense, intentando rescatar del ostracismo y el abandono del Gobierno Nacional esta iniciativa estratégica, y llevando todo su potencial y logros a la franja litoral y el mar territorial provincial.

Los ejes estratégicos del Programa Pampa Azul Bonaerense se centran en garantizar la conservación y restauración de la biodiversidad marina mediante la creación y gestión efectiva de áreas naturales protegidas, junto con la implementación del monitoreo sistemático de los ecosistemas marinos y costeros. Además, promueven un ordenamiento ambiental integral del territorio costero-marino, aplicando criterios de sostenibilidad y herramientas específicas como el Manejo Costero Integrado y la Planificación Espacial Marina.

El programa también aborda de manera integral el manejo de residuos costeros, adoptando modelos de economía circular para reducir la contaminación marina. Paralelamente, impulsa acciones concretas de adaptación y mitigación frente a los impactos del cambio climático en las comunidades costeras y la biodiversidad, trabajando en estrecha colaboración con instituciones científicas, académicas y gubernamentales. Finalmente, pone especial énfasis en fortalecer la gobernanza ambiental a través de la participación activa de la ciudadanía, promoviendo la educación ambiental, proyectos de ciencia ciudadana y la creación de espacios específicos para la divulgación y sensibilización sobre los desafíos ambientales marino-costeros.

Por todo esto es que creemos fundamental recuperar urgentemente el rol de los Estados, tanto nacional como subnacionales respecto de la discusión estratégica sobre quién, para qué y con quiénes necesitamos establecer la agenda de investigación y desarrollo tecnológico para la correcta administración soberana de nuestro territorio marítimo y bicontinental y de nuestros bienes comunes naturales en general.