Política

El legado del Papa argentino

Francisco, de Flores a la Casa Santa Marta

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El Papa Francisco es una figura que ha marcado profundamente la historia contemporánea, no sólo de la Iglesia Católica. Su legado nace en el corazón de la Ciudad de Buenos Aires, en el barrio de Flores, y resuena hoy en cada rincón del planeta. No lo puede cargar una sola persona, es una construcción colectiva que requiere humildad y sencillez.

por Julián Cappa *
25 abr 2025

“Francisco es un Papa que nos habla a veces más con sus acciones que con sus palabras; tiene ese sello argentino de encontrar la profundidad en la sencillez; y ese sentimiento cristiano originario de veneración de la humildad”. Era 17 de diciembre de 2021, terminaba de a poco la pandemia, y con estas palabras cerrábamos el festejo por los 85 años del Papa Francisco.


Estábamos en la plazoleta “Herminia Brumana”, a media cuadra de la casa de Membrillar 531, donde Jorge Mario Bergoglio transcurrió su infancia en pleno barrio de Flores. La actividad había sido organizada en conjunto con el área de Cultura de la Junta Comunal N.º 7 y el Museo “Barrio de Flores”. 



Mientras tanto, Francisco celebraba en Roma, como lo hizo habitualmente, lejos del protocolo, rodeado de personas sin hogar, en un gesto que define su pontificado. En esa oportunidad, a pocos metros de su casa natal, junto a vecinos, vecinas y autoridades clericales locales nos reunimos para homenajearlo con una ceremonia sencilla, cargada de afecto y espiritualidad. 



Diálogo, unión, paz, y solidaridad envolvieron aquel encuentro de comunión.

Dos años antes, en 2019, cuando nuestra organización no tenía representación en la Junta Comunal, habíamos colocado una imagen del Papa en la ermita de la manzana 25 del Barrio Padre Ricciardelli (ex Villa 1-11-14). En aquella oportunidad, con Macri como presidente, sabíamos que la Fe era un gran sostén y uno de los pocos refugios que les quedaban a los sectores más humildes, quienes siempre sufren las mayores consecuencias de los proyectos neoliberales.  



Francisco lo había advertido desde los primeros años de su papado. En su exhortación sobre “La alegría del Evangelio” Evangelii Gaudium (2013), escribió: “La inequidad es raíz de los males sociales”. Esa frase resume su pensamiento y guía muchas de nuestras acciones. Muchas veces se nos dice a los argentinos y argentinas que somos muy perseverantes, casi “cabeza duras”, podríamos pensar. Sin dudas, mucho de eso tuvo el Papa argentino para ir a fondo en acciones por demás contrarias a lo que los grandes poderes de esta época buscan imponer: fugacidad, individualismo, automatismo, nuevas formas de violencia.


Entendemos que, quienes militamos políticamente, y ni que hablar cuando tenemos una responsabilidad institucional, tenemos el deber de accionar siempre en la dirección de luchar contra la desigualdad y contra la injusticia, no hay otra manera de que los pueblos sean felices, y las naciones grandes.

Por eso nuestra identificación con Francisco y nuestro amor a él.

La fuerza de Francisco viene de dos hechos que lo emparentan con todos estos líderes: primero, hacía lo que decía, y decía lo que pensaba; segundo, vaya si el tiempo le dio la razón respecto de los peligros de dejar “libre” al mercado. Los Pueblos son sabios, y perciben esto de manera natural. 


Francisco sigue en Flores


En 2022 volvimos a la plazoleta Brumana para celebrar sus 86 años. Y en 2023 conmemoramos los 10 años de su pontificado, poniendo la inconstitucionalidad a disposición, en una ceremonia interreligiosa con representantes católicos, judíos, islámicos, budistas y cristianos.



Más allá de los homenajes, seguimos trabajando para que la cultura llegue a toda la Comuna 7. A menudo lo hacemos en conjunto con parroquias o el Estudio López Armentia,  llevando el arte también a las periferias y no solo al centro sobre Av. Rivadavia como suele ocurrir. 


Como hacía Francisco, que siendo Papa no sólo visitó diez países de África, y tantas zonas olvidadas del mundo, sino que nunca se olvidó de su barrio. En 2018 envió una carta manuscrita al Museo de Flores. En 2023, una imagen de “San José Dormido”. Y en cada gesto, una reafirmación: el Papa sigue siendo ese vecino que caminaba nuestras calles.


En estos días, al recorrer las calles de Flores, desde Parque Chacabuco y Bajo Flores, los tres barrios de nuestra Comuna 7, vemos tristeza en los rostros. La misma que sentimos cuando se nos fue Diego, cuando se fue Néstor. Lo mismo que pasó con Evita en 1952 y Perón en 1974. Como ellos, Francisco se volvió parte del corazón colectivo.


El legado de Francisco es inmenso como necesario. No puede ser llevado por una sola persona, ninguno de nosotros y nosotras podría sólo con él. Tenemos un imperativo moral e histórico que es hacernos cargo pero sólo podremos hacerlo de manera colectiva, con humildad y mucha sencillez. Como Jesús, como Francisco, que eligió vivir en la Casa Santa Marta y no en el Palacio del Vaticano. Y siempre con ayuda de Dios




* Militante de La Cámpora y comunero de la Comuna 7 de la Ciudad de Buenos Aires.