Política

Feminismo y calendario electoral

Nos quieren anuladas

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Nosotras estamos, creemos, creamos y construimos nuevas realidades; y, una y otra vez, nuestra presencia no solo es cuestionada, sino que nuestro rol fundante en estos procesos es cuestionado. La representación de Cristina como “rehén de Máximo” y el ataque dirigido a nuestra compañera Mayra Mendoza están teñidos de la más burda misoginia.

por Frente de Mujeres
13 abr 2025

Nuestro llamamiento es a los hombres que hoy tienen la responsabilidad histórica pensar otras formas de habitar la política. La trayectoria de los feminismos demuestra que no somos las primeras, tal como expresó Carole Pateman en su libro El Contrato Sexual en 1995: “La antigua concepción de la política [es] como un reino que surge de un acto de generación de los hombres (…). Y quizás, el ideal de algunos grandes filósofos hubiera sido una especie de partogénesis donde las élites masculinas pudieran parirse a sí mismas tanto metafórica como realmente” .


Con esto no queremos darle a nuestra fuerza política, la de las mujeres, un carácter biologicista ligado poéticamente a nuestra capacidad de procreación. Más bien, se trata de un aspecto de lo más terrenal: nosotras estamos, creemos, creamos y concretamos nuevas realidades, y una y otra vez nuestra presencia no sólo es cuestionada, sino que nuestro carácter fundante en tales procesos es eliminado del relato de la historia.



En este sentido, son parte de la identidad y definición del peronismo, tanto Eva Perón como Cristina Fernández de Kirchner.

Dos conductoras que supieron incluir a las mujeres en la vida política pero también, que pusieron en pie de igualdad a la sociedad en su conjunto. Sin embargo, pareciera que todavía hoy, hay algunos que no se vieron atravesados por esa mirada transversal que, incluso, es parte de nuestra actualización doctrinaria: nacionales, populares, democráticos y feministas. Continuando esta línea, es posible pensar que algunos compañeros tampoco se vieron interpelados por la de al lado, por esa compañera que nació feminista al calor de tantas injusticias. Y aún hoy intentan rebatirle a un pensamiento táctico y/o estratégico racional, con la vieja premisa –palabras más, palabras menos- “no es ella, en realidad, la tutela un varón, un hijo varón”. 


Y más aún, cuando planteamos argumentos sobre los que objetivamente se puede discernir y discutir en términos dialógicos, la respuesta de muchos, muchísimos varones –que queremos llamarlos “compañeros”- termina en la ridiculización y anulación de nuestras posturas. O peor, en un debate sobre nuestra apariencia física cuando el planteo de fondo, tanto el de Cristina Kirchner como de Mayra Mendoza, es el de "repensar el desdoblamiento de las elecciones en la Provincia y realmente mostrar voluntad de enfrentar a Milei todos juntos, unidos y en una lista, unificados en una sola campaña, simplificándole la vida a la gente y con una estrategia política en conjunto en la Provincia de Buenos Aires”. 



El ataque irracional que recibe nuestra compañera intendenta, reelecta con más del 50 por ciento de los votos, Mayra Mendoza, es absolutamente desmedido en relación con los planteos que reciben otros dirigentes de nuestra fuerza política.

Lo que nos lleva linealmente a la conclusión de que, a las mujeres, nos quieren anuladas una y otra vez. Entonces se vuelve muy difícil poder intercambiar ideas cuando nosotras sólo “somos unas madres” carentes de autonomía y decisión, o unas locas sin remedio. 


Dijo Eva Perón en 1947: “Ha llegado la hora de la mujer argentina, íntegramente mujer en el goce paralelo de deberes y derechos comunes a todo ser humano que trabaja, y ha muerto la hora de la mujer compañera ocasional y colaboradora ínfima. Ha llegado, en síntesis, la hora de la mujer argentina redimida del tutelaje social, y ha muerto la hora de la mujer relegada a la tangencia más ínfima con el verdadero mundo dinámico de la vida moderna”.


Algunos de los peronistas -que en su totalidad nos enorgullecemos de ser el partido político que no sólo nos otorgó a las mujeres el derecho al voto sino, lo más importante, el derecho a participar y ser elegidas- quieren borrar con el codo lo que escribimos con la mano. 


Pero resulta que hay una irreverencia constitutiva en nuestro movimiento, que fue la tarea de enrolamiento femenino que impulsó y comandó Evita, una vez sancionada la ley de participación política. Y sí, la primera acción táctica fue la de salir a buscar casa por casa a aquellas mujeres que se sintieran convocadas por nuestra causa nacional. ¡En todas las provincias del país!


Dijo la compañera Eva frente a la Comisión Auxiliar Femenina de la CGT, en el año 1949: “La Patria que el movimiento peronista femenino desea es la que se ha ido gestando en estos tres años de gobierno, y a la construcción de esa Patria que debían aportar desde la organización, a nosotras nos toca custodiar la bandera peronista desde nuestro puesto de vigías en el hogar, en el taller, en la calle, en la oficina o en las fábricas (…). Al fin de cuentas, la vida alcanza su verdadero valor no cuando se la vive de manera egoísta, nada más que para uno mismo, sino cuando una entrega a la vida toda íntegra, fanáticamente, en aras de un ideal que vale más que la vida misma”.


Así que, una vez más y como siempre: Cristina corazón, ¡acá tenés a las compañeras para la liberación!