Política

La generación Paka Paka

Aprender soñando

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Un niño de Formosa, del norte profundo de nuestro país, con su delantal blanco y una regla que simula ser el sable corvo de San Martín, nos invitó a liberar la Patria con imaginación y lealtad a nuestra historia.

por Giselle Kodenczyk *
28 may 2025

Ante la típica pregunta “¿qué querés ser cuando seas grande?”, Fernando Salem, uno de los argentinos creadores y directores de Zamba, respondía que quería dedicarse a hacer dibujitos animados pero que, con el tiempo, se resignó porque los únicos que existían se realizaban en Estados Unidos. Paradójico, ¿no?

En el año del Bicentenario, Cristina decidió romper con el límite de lo posible y nos invitó a disputar el presente contando nuestra historia. Así creó Paka Paka: una señal de televisión infantil hecha por argentinos para argentinos. Un formato en donde nuestros pibes no son vistos como meros consumidores, sino como los que van a gestar la liberación de nuestra Patria, los conquistadores de este tiempo histórico, como lo hicieron nuestros próceres.

Allí nació Zamba, nuestro propio héroe colectivo. Un travieso que no usa capa y que su superpoder es la curiosidad. Y vaya que lo usa bien: ni San Martín ni Belgrano se animan a desafiar sus curiosidades. El formoseño logró bajar a nuestros próceres del caballo e invitarlos a contarnos la historia haciéndonos partícipes de ella. Los sacó de la pintura estática de la revista Billiken y los hizo de carne y hueso.

Un formato en donde nuestros pibes no sean vistos como meros consumidores, sino como los gestores de la liberación de nuestra Patria.

Pero nuestro amigo, en realidad, se llama José. Lleva ese nombre por la canción “Apurate José” de Teresa Parodi. La elección nos lleva a la infancia del creador de Zamba: Fernando Salem. Su profesor de tercer grado, Claudio, utilizó esa melodía para contarles a sus alumnos las inundaciones en Formosa. Sí, la provincia donde es oriundo José. El sueño de que una excursión escolar pudiera terminar en un viaje en el tiempo a 1810 comenzó, justamente, en una escuela, con un maestro que buscó una manera distinta de hablarle a los chicos, permitiéndoles la imaginación desde la huella nacional.

Cristina dijo una vez: “Los ídolos de nuestros pibes no pueden seguir siendo los ‘monstruos’ que nos crean en Hollywood”. En la palabra “crean” resumió todo. Paka Paka no solo fue creado desde la profunda identidad argentina: eligió la lealtad a la historia sin desmerecer ni juzgar a las infancias; al contrario, bajó la cámara y nos miró a los ojos, nos preguntó y nos invitó a crear en conjunto.

Los nuevos monstruos que construyen las actuales industrias culturales estadounidenses son los subsidios, el Estado, las universidades y escuelas. ¿Los héroes y heroínas? El libre mercado y las propias criptomonedas. Así lo demuestra la nueva programación de Paka Paka relanzada por el gobierno de Javier Milei, donde aparece “Tuttle Twins”, la adaptación animada de los libros infantiles del Instituto Libertas, un centro de estudios libertario y ultraconservador, con sede en Estados Unidos; y que es producida por Angel Studios, la productora creada para confrontar con Disney y su agenda “woke” y que se hizo conocida por la película “Sonidos de la Libertad”.

Los mellizos protagonistas de esta historia viajan en el tiempo como Zamba pero -como supuestamente dice el gobierno- “no bajan línea ideológica”, simplemente colocan como héroe al referente económico libertario Milton Friedman y como villano a Karl Marx. El “foco en los valores” con el que anunciaron el relanzamiento excluye el diálogo con nuestros próceres. Claro: al ser una producción extranjera, nuestra identidad cultural queda fuera y preponderan las ideas colonialistas.

“Están reemplazando caricaturas marxistas con educación sobre la libertad, la economía y los derechos individuales”. De esta manera anunció Tuttle Twins, en la red social X, su llegada a Argentina. Esta contradicción, a la que están sometiendo a Paka Paka, no es una cuestión actual: desde su nacimiento, embistieron mediáticamente contra el canal y lo acusaron de “adoctrinador”, simplemente por el hecho de invitarnos a soñar.

Los pibes y pibas que crecimos viendo a Zamba somos una generación política: la generación Paka Paka. Somos los y las que encontramos, en la tarde de un día patrio, en nuestra casa, con una chocolatada y la televisión reproduciendo La Asombrosa Excursión de Zamba, el significado de luchar. Y decidimos no dejarlo en la soledad de una “view”: lo llevamos al día siguiente al recreo e invitamos a nuestros compañeros y compañeras a soñar con nosotros, con la Patria.

Somos los y las que encontramos, en la tarde de un día patrio, en nuestra casa, con una chocolatada y la televisión reproduciendo La Asombrosa Excursión de Zamba, el significado de luchar.

Llamarse “generación” no es solo una caracterización, es una identificación y un lugar. Un buen lugar. El lugar de la historia. El lugar desde donde elegimos trascender para perseguir los sueños colectivos de nuestro país. Y quizá es a eso a lo que le temen, a que seamos inquietos y corramos como Zamba, con nuestra mochila cargada de curiosidades que se transforman, paso a paso, en anhelos de un mundo mejor.

En épocas donde el concepto “libertad” quedó banalizado y subordinado a una experiencia política actual, los y las de la generación Paka Paka tenemos el recuerdo y memoria de la frase de San Martín que, en cada capítulo, nos invitó a luchar por nuestra Patria: “Seamos libres que lo demás no importa nada”. Y, desde acá, le decimos a Cristina que “sus Zambas”, tal y como nos nombró en el Encuentro de la Cultura Popular, estamos acá, para la liberación.


* Militante de La Cámpora.